Cómo funciona la investigación de inquilinos

Estos son algunos de los pasos básicos que puedes implementar para asegurar que tu futuro inquilino sea confiable y mantenga la integridad de tu propiedad. Recuerda que si tienes dudas respecto a la idoneidad del potencial arrendatario, siempre puedes solicitar otras garantías que te brinden tranquilidad o seguir buscando.

Realiza una entrevista al inquilino

Es importante realizar una entrevista para investigar sobre aspectos familiares, sociales y laborales que te permita formarte un juicio sobre tus futuros inquilinos. Para ello prepara con antelación las preguntas que te servirán como guía durante la entrevista. Si te resulta más fácil, hazle llegar previamente a tu futuro inquilino el cuestionario y haz que te lo entregue lleno el día de la entrevista, de esta forma podrán hablar sobre las respuestas y podrás resolver cualquier duda que tengas al respecto. Entre las preguntas que puedes incluir se encuentran:

• Lugar de trabajo actual
• Ingreso mensual
• Número de personas (¡y animales!) que habitarán el inmueble
• Dónde vive actualmente
• Motivo de la mudanza
• Otras que sean relevantes para ti

Corrobora la información

Es de suma importancia que corrobores toda la información que obtengas tanto de la entrevista como del cuestionario. Para hacerlo puedes valerte del internet, los sitios web que te mencionaremos en la siguiente sección y el Registro Público de la Propiedad, así como de sus referencias personales y laborales. Infórmale al inquilino que podrás llamar a los contactos que te haya dado para corroborar la información proporcionada.

Pide comprobante de ingresos

Puedes solicitarle a tu futuro arrendatario un comprobante de ingresos. Estos te servirán para determinar si tu futuro inquilino cuenta con la capacidad de pago suficiente para cubrir la renta mensual y el depósito. Considera que los expertos en finanzas recomiendan que la renta de vivienda no represente más del 30% del salario mensual.

Algunos de los comprobantes que puedes aceptar de tu inquilino son recibo de nómina, estados de cuenta bancaria, estado de cuenta de ahorro e incluso la declaración fiscal anual. A esto vale la pena añadir estados de cuenta de tarjetas de crédito y solicitar información de otros préstamos activos, pues esto también incidirá en la capacidad de pago del alquiler.

Pide referencias personales

Es normal solicitar referencias para rentar una casa, lo importante aquí es que le pidas al menos tres referencias personales a tu arrendatario prospecto, y de preferencia que no sean familiares. En lo posible, solicita que alguna de ellas sea una referencia laboral y otra de un casero anterior, esto asegurará que tengas una perspectiva general de tu futuro inquilino.

Cuando tengas las referencias, llámales por teléfono y pregunta si la información que te proporcionó tu futuro inquilino es correcta, es decir, si trabaja donde te dijeron, si tienen la relación personal o profesional que aseguran y sobre todo si creen que es una persona confiable para rentar una casa.

Solicita un aval

Un aval es la persona que responderá por las obligaciones de tu inquilino en caso de incumplimiento en el pago o en los términos del contrato. Pedir un aval es una medida de seguridad legal que puedes utilizar a tu favor para asegurar tu patrimonio.

Si tu inquilino incumple con sus pagos y aún habita la propiedad, puedes acudir con el aval y cobrarle, o incluso demandarlo. Para asegurar aún más tu propiedad, pide que el aval tenga una casa, de preferencia, en la misma ciudad donde se está realizando el arrendamiento.

No olvides que el aval tendrá que firmar el contrato y pasará a ser un deudor con los mismos términos y condiciones que tu arrendador, por lo que deberás solicitar y corroborar también sus datos de contacto.

Realiza un contrato de arrendamiento

Si has investigado a tu futuro inquilino, estás conforme con lo encontrado y crees que será un habitante adecuado para tu propiedad, el último paso que debes hacer es realizar un contrato de arrendamiento. En él debes establecer los derechos y obligaciones de cada parte, el precio, la periodicidad del pago y la forma.

Asienta cualquier condición que creas necesaria, por ejemplo, qué tipo de mascotas aceptas y cuántas, además de las condiciones en las que se encuentra el inmueble al momento de entregarlo y en las que esperas encontrarlo al finalizar el contrato.